Páginas

martes, 12 de octubre de 2010

La lluvia cae fría, pero llueve cálidamente.

Desde las puertas correderas de mi cuarto, sin saberlo, llovía y pensé ''Lo que me he estado perdiendo''.
Me asomé al balcón a contemplar el grandioso día de lluvia.


El pequeño balcón de mi cuarto tenía un techo, así que baje las escaleras hasta llegar al primer piso, donde ahí, me esperaba el grande balcón de abajo, abrí la puerta, salí a la lluvia y vi aquel gran paisaje, aquel hermoso cielo blanco y negro, aquel mar profundo y esa lluvia que dejaba rastro y gotas. Me encanta ver como diminutas gotas pueden revosar un mar entero, como diminutas gotas pueden dejarte empapado hasta dentro, como cada una de esas diminutas gotas, sea grande o pequeña, están unidas por las inmensas nubes grises. Me gusta los días de lluvia porque me recuerdan, ellas, me recuerdan que no estoy sola en ésta vida larga y frágil, porque cada una de ellas cae con otra y esa otra con su otra gemela, por eso si me lleno de fuerza y valor algún día con mis personas queridas revosaré un mar entero. Así que después de un largo rato de lluvia y sentimientos, llena de esas gotitas, entré a casa, subía las escaleras hasta llegar a mi cuarto y ahí pensé ''Lo único que falta es tiempo''.

No hay comentarios:

Publicar un comentario